Ricardo Pérez
Aquí tienes un resumen de toda mi formación:
Graduado en Psicología con mención en Psicología de la Salud (Universidad de La Laguna).
Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad de Cádiz).
Experto y Especialista en Terapias Contextuales (Universidad de Almería).
Análisis Funcional aplicado a la intervención clínica (ITEMA).
Abordaje de la conducta suicida en (Psicoflix).
Abordaje de la muerte en terapia (Psicoflix).
La relación terapéutica como mecanismo de cambio desde la primera sesión (Psicoflix).
Trastornos de la conducta alimentaria. Aproximación desde la consulta de Psicología (Movêre Psicología).
El comienzo del viaje. Las primeras sesiones en Terapia de Aceptación y Compromiso (GrupoACT Argentina).
Además de la formación oficial, siempre intento estar leyendo sobre psicología y estar atento a todas las novedades que vayan apareciendo en las psicoterapias basadas en la evidencia.
Más allá del terapeuta
Más allá de mi faceta como psicólogo, soy una persona con muchas otras inquietudes y particularidades. Como me interesa profundamente comprender cómo funciona el mundo, no solo leo sobre psicología: cuando tengo tiempo, también me gusta sumergirme en la filosofía, otras ciencias, e incluso en ensayos sobre política. Desde mi punto de vista: todo está conectado. Entender al ser humano desde un enfoque contextual implica, para mí, conocer un poco de otras áreas del saber que enriquecen esa visión del contexto, tan importante en cualquier proceso terapéutico.
Además, disfruto mucho de la literatura, desde la prosa poética de Canto yo y la montaña baila de Irene Solà hasta novelas de ciencia ficción como Dune de Frank Herbert, y también de la poesía (Fernando Pessoa, Pedro García Cabrera, Pedro Salinas, Bécquer…). Las series son otro refugio para mí, ya sea en mis “safe places” como Friends o The Office, o en dramas intensos y oscuros como Los Soprano o Succession.


Pero no todo va de libros y productos culturales. Para mí también es muy importante pasar tiempo de calidad con mis seres queridos, entre los que incluyo a mis amistades y, por supuesto, a mi cánido amigo Robín (que es el precioso perro que aparece en la foto conmigo). También es algo vital para mí la música y la escritura, por lo que trato de dedicar tiempo todos los días a continuar aprendiendo a escribir poesía, componer canciones y cantar.
Como puedes ver, además de psicólogo soy una persona, con todo lo que eso implica: con mis propias luces y sombras, con mis experiencias de alegría, ilusión, pasión y esperanza, pero también de tristeza, miedo, rabia, vergüenza y angustia. Por eso intento que mi forma de hacer terapia sea lo más cercana y humana posible. Porque entiendo que todxs estamos en el mismo barco: intentando vivir una vida compleja, misteriosa, llena de posibilidades y de dolor, sin un manual de instrucciones. Transitando todas nuestras vivencias siempre con la sombra de nuestra fragilidad en la espalda.
Yo también estoy en el trabajo de tratar de vivir una vida plena aún cuando tengo al dolor gritándome a la cara. Y, como muchas personas, he necesitado ayuda en distintos momentos para reconciliarme con él. Por eso me resulta tan valioso poder dedicarme a la psicología: acompañar a quienes no quieren renunciar a sus propósitos solo por evitar el sufrimiento, y ayudarles a desarrollar habilidades que les permitan afrontarlo y construir una vida con sentido.
Acompañar en ese viaje que compartimos todxs: el de encontrar sentido en este extraño sinsentido.